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LOGÍSTICA FARMACÉUTICA EN EL EJÉRCITO

Texto: Ana Vercher / Madrid

Fotos: UALSAN

La logística sanitaria y la distribución de medicamentos tienen sus raíces profundamente enterradas en nuestra historia. Ya durante la batalla de Toro, en 1476, entre las fuerzas de Isabel I de Castilla “la Católica” y las de Alfonso V de Portugal, los cronistas registraron que constituyó una de las principales preocupaciones de reyes, capitanes y peones por igual, llegando incluso a desplegarse un hospital de campo costeado con fondos del Tesoro Real castellano: el primero de su clase.

Posteriormente, en la Guerra de Granada (1482-1492), la propia Reina Católica organizó seis hospitales de campo más, y personalmente acudía al frente, acompañada de las mujeres de los combatientes, para llevar vendajes, bálsamos, medicinas y comida caliente a los heridos y a la población civil. Este pasaje de nuestra historia constituye el embrión de la moderna organización sanitaria militar.

Recepción de ambulancias de nueva adquisición, con la configuración de Soporte Vital Avanzado

Ya en 1859, bajo el reinado de Isabel II, se creó en Madrid el Parque de Material Sanitario, encargado del almacenamiento y distribución de botiquines, instrumental o medios de transporte de heridos. Tras numerosas reorganizaciones a lo largo del siglo XX, en 2002 se constituye la Unidad de Apoyo Logístico Sanitario (UALSAN). Originalmente encuadrada en la Fuerza Terrestre, en la actualidad es un Órgano Logístico Central (OLC) bajo el Mando de Apoyo Logístico del Ejército, si bien mantiene su dependencia funcional de la Dirección de Sanidad del Ejército de Tierra.
La UALSAN, ubicada en el acuartelamiento “General Arteaga”, en Madrid, está compuesta tanto por personal militar del Cuerpo de Sanidad y de varias especialidades del Ejército de Tierra como por personal civil. En palabras de la jefe de la Unidad, coronel farmacéutico Marcos, «en ellos se conjuga una gran experiencia acumulada durante los más de 20 años de existencia de la UALSAN, con una alta motivación y formación».

La UALSAN está encargada del
abastecimiento y mantenimiento de
los recursos sanitarios

La misión principal de este OLC es el abastecimiento y mantenimiento de todos los recursos sanitarios, actualmente denominados productos farmacéuticos y clasificados en logística del ET como recursos de clase VIII, y cuya finalidad es mantener la operatividad en el ámbito sanitario de todas las unidades del Ejército de Tierra, tanto en territorio nacional como en zona de operaciones. Su actividad se centra en la distribución de estos productos farmacéuticos: medicamentos, vacunas, productos sanitarios, cosméticos, productos de uso personal y resto de recursos materiales de interés sanitario. Esta parte de la cadena de suministro incluye todas las actividades farmacéuticas relacionadas con la selección, adquisición, almacenamiento, custodia, conservación, transporte y suministro de estos productos por los canales farmacéuticos, excluyendo la dispensación de los mismos.
Además, según apunta la coronel, «uno de los trabajos de mayor interés para el mando, y que actualmente se encuentra realizando la Unidad, es la dotación sanitaria de los vehículos ambulancia de nueva adquisición por el Ejército, ya que la flota actual empieza a completar su ciclo de vida útil y está prevista su renovación. Actualmente, estamos en proceso de completar su dotación con los productos farmacéuticos necesarios para la certificación técnico-sanitaria de los vehículos ambulancia, cuya actividad asistencial puede ser SVA (Soporte Vital Avanzado), SVB (Soporte Vital Básico) o BT (simplemente, transporte de bajas o ambulancia no asistencial)».

Preparación de equipo sanitario para su envío a zona de operaciones

La Jefatura de la UALSAN la ejerce un oficial del Cuerpo Militar de Sanidad, especialidad fundamental Farmacia —actualmente, la coronel Marcos—. Además de su Plana Mayor de Mando y una Habilitación para Asuntos Económicos, cuenta con un Centro de Control del Apoyo Logístico para realizar el seguimiento de todos los procesos logísticos de la Unidad. Por otro lado, las unidades de Abastecimiento y Mantenimiento, además del asesoramiento al mando, realizan las funciones homónimas, gestionando los almacenes y realizando los controles y tareas precisas para mantener la operatividad. Finalmente, una Unidad de Calidad y Servicios Técnicos vela por el cumplimiento del sistema de calidad y la mejora continua de los procesos que allí se llevan a cabo.


Desde su creación en 2002 hasta la actualidad, el personal de la UALSAN está contribuyendo a todas aquellas misiones internacionales en las cuales el Ejército español está empeñado, ya sea con personal desplegado para la realización de revistas técnicas —como parte del área sanitaria— o participando en alguna de las operaciones, entre las que cabe destacar las de Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Afganistán, Irak, Líbano, Mali o Letonia. Dentro de estas misiones internacionales, es especialmente reseñable el mantenimiento que la UALSAN realiza de los equipos de telemedicina, que permiten la comunicación satelital directa desde zona de operaciones con el Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla”, en Madrid, permitiendo a los médicos especialistas realizar remotamente diagnósticos y posibilitando una atención médica plena a los militares desplegados.

CONOCER A…CAPITÁN SUANES

Texto: Ana Vercher / Madrid

Fotografías: G.S.F.

Hoy en día es casi un cliché decir que el ritmo al que evoluciona la tecnología es vertiginoso. Pero es que, además, los cambios sociales y geoestratégicos no hacen sino sostener y potenciar aún más esta tendencia. Si a ello unimos aquella anónima frase de “la última gota de gasolina del mundo la quemará un tanque”, encontramos los dos elementos sobre los que se asienta este artículo: tecnología y combustible. Y los que motivaron al jefe del Laboratorio de Protecciones y Ensayos Balísticos del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), capitán ingeniero Suanes —perteneciente al Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del Ejército de Tierra, con especialidad fundamental Armamento y Material—, a plantearse diseñar un prototipo de motor de biomasa.


Todo comenzó en 2020, durante el confinamiento ocasionado por la pandemia de COVID-19, cuando este capitán se encontraba leyendo diversas publicaciones de ingeniería y se cruzó con una noticia inquietante: pese al desarrollo y evolución de energías renovables, la dependencia de la sociedad de combustibles fósiles
—fundamentalmente, petróleo— se ha mantenido en los últimos años, ya que no existe una alternativa viable, al tiempo que los depósitos mundiales de los mismos están menguando a una velocidad alarmante. Respecto a esto, también hay que tener en cuenta que las Fuerzas Armadas europeas presentan una gran dependencia externa de esos combustibles fósiles, al apenas disponer de reservas naturales en su territorio.

UNA ALTERNATIVA AL PETRÓLEO


Esta noticia inspiró una tarde de reflexión, lo que dio paso a algunos bocetos rápidos. Un proyecto que fue haciéndose cada vez más grande hasta llegar a protagonizar la tesis doctoral en la que el capitán Suanes se encuentra actualmente inmerso. «El objetivo es llevar a cabo un prototipo de un motor de combustible alternativo, funcional y eficiente, orientado a su uso en vehículos terrestres —fundamentalmente militares—», explica el capitán, ya que, precisamente, es el sector automovilístico el que, en proporción, más combustibles fósiles consume.
Para ello, el capitán Suanes, ingeniero industrial por la Universidad de La Rioja y militar desde 2009, fue analizando y descartando varias alternativas, como pueden ser el etanol, el biogás o los aceites de pirólisis —que no son ni energética, ni económica, ni técnicamente viables, respectivamente—, así como el aceite vegetal hidrotratado —que requeriría grandes zonas de cultivo que habría que detraer de la producción de alimentos—, el hidrógeno —que es muy volátil— y las baterías eléctricas —que son costosas, voluminosas y limitadas—.
Finalmente, la opción elegida, la de la biomasa —combustible a base de partes leñosas de las plantas—, demuestra su viabilidad técnica, económica y energética, a falta únicamente del desarrollo de un motor compatible. Partiendo de pellets estandarizados como los que se utilizan en los sistemas de calefacción domésticos, el capitán ha diseñado un motor de cámara caliente apto para utilizar combustible sólido, colocando una rejilla adecuada entre el cilindro y la cámara de combustión.

Los vehículos militares con motor de biomasa podrían reabastecerse en cualquier lugar donde crecieran plantas


Este motor dispone de un sistema de alimentación especial para admitir combustible sólido, y un dispositivo extractor de las cenizas u otros residuos de la combustión.
Una vez perfeccionado este motor, en caso de ser aplicado a los vehículos militares, tendría una serie de ventajas muy significativas. Por ejemplo, la independencia energética de terceros países, la mayor resistencia a daños del vehículo —ya que el depósito de combustible no sería tan vulnerable— o la posibilidad de reabastecerse en cualquier lugar donde crecieran plantas —incluso en la misma zona de operaciones—.
«Está claro que, en el escenario futuro, los combustibles derivados del petróleo serán cada vez más escasos. Si no se adopta una alternativa, se llegará al punto en que los países con reservas de petróleo tendrán una posición de ventaja absoluta desde el punto de vista militar», asegura el capitán. En el caso de España, nación tradicionalmente agrícola, la producción de biomasa, tanto en zonas agrícolas como forestales, se estima en torno a los 50 millones de toneladas anuales, que, utilizada como combustible alternativo, podría reducir a menos de la mitad las necesidades de gasóleo A y B de todo el país. «Con sólo una pequeña parte de ese total, sería posible abastecer completamente a nuestras Fuerzas Armadas, manteniendo y potenciando su operatividad incluso en los escenarios de mayor escasez», concluye el capitán Suanes.