CONOCER A… BRIGADA (RV) OLALLA

Texto: Elvira Valbuena (Madrid)

Fotos: Contingente «Libre Hidalgo» XXXIX

PRIMER RESERVISTA EN DESPLEGAR EN UNA MISIÓN INTERNACIONAL DEL EJÉRCITO DE TIERRA.

El brigada Olalla, ha sido el primer reservista voluntario del Ejército de Tierra en desplegar en zona de operaciones con una misión internacional. Regresó del sur de Líbano el pasado noviembre, después de permanecer seis meses allí como «casco azul» con el contingente «Libre Hidalgo» XXXIX, conformado en su grueso por la Brigada «Almogávares» VI de Paracaidistas. Una misión que se vio sorprendida por el estallido del conflicto bélico en la Franja de Gaza.

Activado con asiduidad en el Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra, en el Cuartel General del Ejército (Madrid), esta no es la primera vez que el brigada Olalla se integra en la Brigada Paracaidista. Lo hizo como voluntario en su primera juventud, cuando tuvo que realizar el servicio militar. Al acabarlo, inició su carrera musical y empezó a grabar discos, pero esto fue solo un paréntesis, explica. «Me reenganché un par de veces y al final estuve en la Brigada casi cinco años».
Sin embargo, el Ejército volvería a cruzarse en su camino. Ocurrió en 2004, cuando la figura del reservista voluntario acababa de aparecer en las Fuerzas Armadas y decidió probar suerte. Ingeniero informático de titulación, su primera activación fue en Tenerife, en una unidad de zapadores. «Soy de los primeros reservistas voluntarios. Esta figura ha sido una cuestión de prueba y error a la hora de encajarlo dentro del Ejército y, en ese sentido, los reservistas de las primeras promociones hemos ido abriendo camino», puntualiza.

UNA MISIÓN BAJO EL FUEGO CRUZADO

«Este año se celebra el 20.º aniversario de la creación de la figura del reservista voluntario y todavía surgen cosas nuevas, como ir de misión». Su activación en la Brigada Paracaidista se produjo seis meses antes, para realizar la preparación. «En total he estado un año activado, casi el triple de lo previsto. Conmigo también ha habido que estrenarse en todo lo relacionado con los asuntos burocráticos y organizativos para encuadrarme en una misión».
En su estancia en la base «Miguel de Cervantes«, en Líbano, el brigada ha estado encuadrado en el Estado Mayor para tareas de comunicación, donde se ha encargado de la coordinación de los programas culturales. También ha hecho de fotógrafo y camarógrafo como apoyo al PIO (Public Information Officer). «Mi misión ha sido transversal. He hecho muchísimas cosas», afirma.


Como aspecto más duro de la misión, el brigada Olalla destaca la pérdida de intimidad por el hecho de permanecer tantos meses en el mismo sitio cerrado y con las mismas personas. «Hay que adaptarse a una situación completamente distinta, en otro ámbito cultural también muy diferente». «Líbano es un país precioso, pero con una situación muy compleja, que se ha visto agravada por la crisis entre Israel y Hamás», agrega. En este aspecto, el militar señala que todo discurría «con mucha tranquilidad, hasta que se complicó». «Seguimos cumpliendo la misión, pero tuvimos que extremar las medidas de seguridad. Esto obligó a modificar nuestros protocolos de actuación», explica.
A pesar de todo, y habiendo tenido que suspender las actividades previstas con los municipios cercanos, el brigada Olalla hace un balance muy positivo de la misión en Líbano, sobre todo en cuanto a las relaciones humanas se refiere, tanto con el personal de los batallones extranjeros presentes en el Sector Este de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL) como con los civiles libaneses, para los que solo tiene palabras de admiración y agradecimiento.

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