El cabo 1º Pozueco salva a varias personas en Villamanta durante las inundaciones.

Redacción / Madrid

El cabo 1º Pozueco, del Regimiento de Guerra Electrónica nº 31, ha puesto a salvo a varios de sus vecinos de urbanización, en Villamanta (Madrid), una localidad que ha resultado muy afectada por las inundaciones que tuvieron lugar la madrugada del 4 de septiembre en la zona suroeste de la Comunidad de Madrid. 

El militar se encontraba en su domicilio, acompañado por su madre y por su hija cuando, al observar la intensidad de la lluvia que caía en ese momento, decidió salir al exterior para comprobar cómo se encontraban sus vecinos, ya que la urbanización está situada junto al cauce de un río seco y temía que este se desbordara. 

Después de poner a su familia a salvo en la segunda planta de la vivienda y arrancar los sumideros del patio, el militar se dirigió a la zona del pozo, por donde pasa el río, donde comprobó que el agua ya había inundado el aparcamiento y estaba a punto de alcanzar la zona habitada y los cuadros eléctricos de la urbanización. 

Sin perder un instante, el cabo 1º dio la alarma a sus vecinos para que se pusieran a salvo y, cuando el agua le llegaba a la cintura, decidió regresar a su casa y aparcar su coche en una zona seca que aún no se había inundado. De nuevo en su chalet, el militar observó por la ventana cómo una ola se llevaba por delante todos los vehículos, incluido el suyo, y decidió volver a la calle para ayudar a sus vecinos, que gritaban pidiendo auxilio. 

Sin luz, porque la ola había arrancado los postes eléctricos de la urbanización, y venciendo la resistencia de la fuerte corriente de agua que lo arrastraba, el cabo 1º Pozueco fue saltando las vallas de cada chalet y comprobando, uno a uno, cómo se encontraban sus habitantes. 

En su recorrido por la urbanización, decidió escalar un terraplén hasta tres veces, para alcanzar una valla y permitir la entrada a tres bomberos, con los que formó una cadena humana y logró atravesar la calle principal de la urbanización, por donde discurría la corriente, para intentar llegar a los chalets del fondo, que se encontraban en peligro por su proximidad al río. 

Los tres bomberos y el militar realizaron un triaje rápido de las personas que encontraron en cada vivienda, una de las cuales, un hombre mayor de 83 años, desapareció en la parte externa de su casa durante la inundación, al soltarse de la mano de su esposa, que había logrado aferrarse a la verja de una ventana y que pudo ser rescatada por el cabo 1º, que la puso a salvo en la vivienda de enfrente. 

Entre las personas que estaban en peligro, además de varias familias con hijos, algunas de los cuales se habían subido al tejado, también se encontraba un bombero que resultó herido con cortes en la mano, y un hombre mayor de 90 años, que se había refugiado en la planta superior de su casa y al que también lograron poner a salvo. El cabo 1º también resultó herido leve con cortes y golpes de diversa consideración en piernas y manos durante las tareas de salvamento. 

El cabo 1º Pozueco estuvo trabajando sin descanso durante horas, toda la madrugada y hasta el mediodía, sin perder un segundo, volviendo repetidas veces a las viviendas, para comprobar cómo se encontraban sus vecinos y hacer un recuento, sobre todo a la primera vivienda para tratar de hallar a su vecino desaparecido, y venciendo todos los obstáculos que encontraba a su paso. Además, estuvo ayudando los efectivos de Protección Civil y de la Guardia Civil que se personaron en la urbanización para apoyar en las tareas de rescate. 

Después de su actuación, que se ha ganado el agradecimiento de sus vecinos y la felicitación de las instituciones y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, el militar se encuentra muy orgulloso y satisfecho por haber cumplido con su deber y, a pesar del riesgo corrido por la situación extremadamente peligrosa, asegura que volvería a repetirla. 

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