Conocer a: CABO LÓPEZ FREEMAN

CARA Y CRUZ

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Cabo López Freeman

El militar lanza una moneda al aire. Sale cara. En ella está la carrera militar del cabo López Freeman, destinado en el Regimiento de Infantería “Inmemorial del Rey” nº 1, y agregado al gabinete médico del Cuartel General. Se vuelve a lanzar y aparece, en el reverso, el joven de 34 años que empezó a coleccionar monedas cuando solo era un niño. Hoy tiene más de un millar de piezas en su colección.

 

Fue con solo ocho o nueve años cuando se despertó en él la ilusión por ser coleccionista. Sellos, monedas e incluso tarjetas de móviles. Inspirado en su padre y su abuelo, siguió con esta tradición familiar y comenzó a reunir, primero, piezas nacionales y, después, de otros países.

Como muchas de ellas son limitadas y difíciles de conseguir, encontró en ferias y eventos una oportunidad de ampliar su colección. «Tengo monedas de casi todos los países de Europa y de otros lugares como Estados Unidos, Canadá o República Centroafricana», expone el cabo López Freeman.

Hijo de padre español y de madre inglesa, su vida dio un giro cuando empezó a formar parte del Ejército en el año 2005. Lo hizo impulsado por la necesidad de ayudar a los demás. Con ese mismo objetivo se inclinó por la formación en Sanidad y se tituló como Técnico en Emergencias Sanitarias. «No he tenido ningún precedente militar cerca, pero a mi me gustó la idea de formar parte de esta gran familia con el objetivo de poder ser útil», explica.

Su vida es un contraste entre el Ejército y su pasión por las monedas. Ahora pretende dar un paso más y unir dos valores en uno. Al militar le gustaría poder plasmar el Ejército de Tierra en una medalla —similar a una moneda pero sin el valor nominal— y destacar en ella algunos elementos representativos de la milicia. No es la primera vez que él diseña su propio modelo. Ya lo ha hecho, junto a otros compañeros, en cuatro ocasiones (con motivos como la fauna). «Me gustaría ver un soldado, un carro de combate o una Bandera impresos en una medalla», señala ahora mirando a su nuevo objetivo. Para ello utilizaría la plata, ya que es uno de los materiales que más le gusta y resulta más accesible que otros, como el oro, debido a su precio.

«Coleccionar monedas conlleva un gasto económico importante, por lo que, algunas veces, tengo que intercambiar unas por otras», matiza. Y así sigue, cargado de valor, para que su sueño se haga realidad.

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