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30.º ANIVERSARIO DEL BOLETÍN TIERRA


TREINTA AÑOS DANDO VOZ AL EJÉRCITO

Texto: Elvira Valbuena / Madrid

Fotos: DECET/ Publicaciones

Han pasado treinta años desde que, el martes 24 de octubre de 1995, veía la luz, por primera vez, el Boletín Informativo Tierra, una publicación mensual llamada a informar de las actividades más relevantes del Ejército de Tierra a su personal. Nacía así un medio de comunicación interno con vocación transversal, que venía a tratar de generar la comunicación bidireccional entre sus miembros, de arriba a abajo, y viceversa. Tres décadas después, Tierra representa un referente de información, cohesión institucional y comunicación interna y externa entre los medios de comunicación del Ejército de Tierra, dando voz a la institución y contando la realidad de sus miembros con veracidad y cercanía, al servicio de todos ellos.

Bajo la coordinación del Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra (DECET), desde sus primeros años, Tierra destacó por informar puntualmente de cualquier actividad o novedad importante para el personal del Ejército, permitiendo que se conocieran mutuamente las actividades de las diferentes unidades, sus retos y logros, promoviendo la cohesión geográfica e institucional, con rigor, cercanía y espíritu de servicio, porque contar lo que son sus efectivos y lo que hacen también es una forma de servir.

En ese momento —mediados de los años 90 del siglo pasado—, las publicaciones impresas eran el principal cauce de difusión dentro de las Fuerzas Armadas, tanto para informar de operaciones, maniobras, vida diaria de los cuarteles, adiestramiento, normas internas, reconocimientos o avances técnicos y logísticos, como para servir de espacio de reflexión sobre la identidad del Ejército, su historia, valores y cultura.

El Boletín Tierra se integró así en el Sistema de Comunicación del Ejército (SICOM), al principio en blanco y negro, como un medio principal para canalizar la información que es necesario difundir desde la Jefatura de Estado Mayor del Ejército a todo el conjunto de la institución y, en la actualidad, convive con los medios digitales y audiovisuales del Ejército para cumplir con esta misión, abriendo a la par su actualidad a todos los sectores de la sociedad. 

Evolución de una voz institucional

Con el siglo XXI, nacieron nuevos soportes y medios —Internet, Intranet, Informativos Tierra TV y Redes Sociales— en el seno del Ejército de Tierra, que vinieron a completar y ampliar la misión con la que nació el Boletín Informativo en papel: la de dar a conocer la actividad del Ejército de Tierra y acercarla no solo a sus miembros, sino a todos los ciudadanos. Además, el dibujante J.M. Esteban se sumó a la publicación como colaborador habitual y, desde 2012, viene ilustrando con sus viñetas la realidad del Ejército, siempre con un punto de humor. 

Sin embargo, este no fue el único cambio que sufrió la imagen del periódico con el nuevo siglo. Su edición digital —Tierra Digital—, aparecida en 2015, representó un hito en la difusión de los contenidos del periódico impreso, mediante su publicación en la página web del Ejército, promoviendo de esta forma la apertura a toda la sociedad. Este cambio representó mucho más que una simple transformación de formato; también implicó una modernización de contenidos —que se hicieron más gráficos—, diseño y adaptación tecnológica, además de la mencionada ampliación del público objetivo. Su formato digital en PDF y su accesibilidad caracterizan desde entonces la edición digital de Tierra que se publica mensualmente en línea.

La aparición de la intranet del Ejército ya había supuesto en los primeros años un cambio en la definición de los contenidos de Tierra, como señala la entonces teniente Cañas—hoy reservista de especial disponibilidad (RED)—, quien fuera jefa de redacción del Boletín Informativo durante 17 años (2003-2020). 

«Al principio, al no existir la intranet, el Boletín Tierra era el principal medio de comunicación, que en los inicios era más leído por los mandos», señala la teniente RED. «Entonces, el periódico todavía recogía informaciones breves sobre nombramientos, destinos o disposiciones, publicadas en el Boletín Oficial de Defensa, y que tenían un formato más pequeño», explica su antigua redactora jefe. «Al aparecer la intranet, el equipo de redacción mostró la necesidad de que estas noticias breves, de carácter más inmediato, fueran publicadas en la intranet, de manera que el espacio disponible para los reportajes se pudiera ampliar, lo que supuso una gran descarga para el periódico».

Testigo de la historia

En estos treinta años, el Boletín Informativo Tierra ha recogido muchos hitos del Ejército y ha sido testigo y memoria de su historia. Los reportajes sobre misiones internacionales, participación en operaciones de paz, cooperación militar y ejercicios conjuntos con socios extranjeros se han alternado con coberturas informativas nacionales, de procesos de modernización de materiales y medios, doctrina, tecnología, logística o retos que enfrentaba la institución, como cambios en las amenazas o el empleo de nuevas capacidades.

Asimismo, Tierra ha dedicado su espacio a los reconocimientos realizados a su personal, como distinciones, méritos, ejemplos de liderazgo, historias humanas de servicio, sacrificio y profesionalidad en multitud de reportajes y entrevistas, fomentando la cultura corporativa y el compañerismo. Además, sus páginas siempre han estado abiertas a la tradición militar y a la cultura de defensa, aprovechando la actualidad como oportunidad para dar a conocer la historia del Ejército, su herencia, sus tradiciones conmemorativas o sus efemérides como una forma de rendir homenaje a la institución y reforzar la historia compartida.

En todo este recorrido, no han sido pocos los retos afrontados, y el camino no ha estado exento de dificultades. Informar sobre el Ejército también ha sido resultado de una estrecha colaboración y comunicación constante con las unidades, que han hecho posible que el periódico estuviera al corriente de las principales novedades en el Ejército, a pesar de la distancia geográfica, en muchas ocasiones. En este aspecto, la dedicación y labor de las Oficinas de Comunicación (OFCOM), integradas en el SICOM, y de sus portavoces han sido esenciales para que el Boletín Informativo Tierra y los miembros de su equipo pudieran realizar correctamente su trabajo, sobre el terreno o desde la oficina, ayudando a mantener la actualidad y veracidad de sus contenidos.

Un espíritu viajero

A lo largo de tres décadas, Tierra ha recorrido muchos kilómetros para estar al lado del Ejército en numerosas ocasiones, dando voz a sus misiones y maniobras, tanto en territorio nacional como en el exterior. Desde Afganistán hasta la Antártida, el periódico no ha dejado de moverse durante treinta años por toda la geografía nacional e internacional, y sus reporteros y fotógrafos son habituales de los áridos suelos de los CENAD (Centro de Adiestramiento) «San Gregorio» (Zaragoza) o «Chinchilla» (Albacete), por poner algunos ejemplos. 

El teniente coronel Ruiz Lima (R), que ha estado al frente del área de Publicaciones durante 12 años —hasta finales de 2024— se muestra especialmente orgulloso de haber cubierto distintos eventos y misiones como director de Tierra, entre los que destaca, sobre todo, su primer viaje a Mali, en 2014, como una de sus coberturas informativas más significativas al frente del periódico. «Ese viaje supuso un aprendizaje único. Nos permitió contar la realidad de las misiones en el exterior con una honestidad y profundidad que siempre llevaré conmigo», afirma.

Por el periódico han pasado directores, subdirectores, redactores jefes y redactores y reporteros gráficos que no han dudado en embarcarse de misión con el Ejército y viajar junto a su personal por tierra, mar y aire, para dar información puntual de todos sus movimientos. Sin embargo, una de estas misiones sobre el terreno tuvo un desenlace fatal. El accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares, el 26 de mayo de 2003, cuando regresaban de Afganistán, también le costó la vida al comandante Novo, director de la publicación. Años más tarde, en sucesivos viajes, los equipos del Boletín Informativo Tierra regresaron al país para informar de la labor del Ejército español en la zona y cubrir su repliegue tras 20 años de misión.

El primer número de Tierra informaba a los lectores, años antes, del despliegue en Bosnia de la entonces Agrupación Táctica «Aragón». Entre 1992 y 1995, más de 8000 efectivos del Ejército viajaron cada seis meses como «cascos azules», en el marco de la misión de las Fuerzas de Protección de la ONU (UNPROFOR) en Bosnia-Herzegovina, una de las primeras misiones de paz internacionales en las que participó el Ejército de Tierra español.

Más recientemente, entre las últimas misiones que ha cubierto el periódico,  sus equipos han viajado hasta Irak, Letonia o Eslovaquia, en distintas operaciones internacionales, donde han conocido de primera mano la tarea del Ejército español en estos países. Una de las coberturas informativas recientes que ha marcado al periódico ha sido, sin duda, la de la «Operación Valencia 202» con motivo de la DANA, donde el equipo desplazado por Tierra sumó profundas experiencias personales al ejercicio profesional y el deber de informar sobre la labor del Ejército en la zona, que trabajó en las tareas de reconstrucción y ayuda a las víctimas.

Entrevista a…KICA ECHANOVE, enfermera y participante del  «RETO PELAYO VIDA PATAGONIA 2023».

Texto: Juan Diego Tobajas (Madrid)

Fotos: Bg. J. M. Dueñas

Enfermera de geriatría, madre de dos hijos y mujer marcada por la capacidad de superación, Kica Echanove (Madrid, 1977) fue una de las cinco seleccionadas para el Reto Pelayo Vida Patagonia 2023, tras superar un cáncer de mama. La suya es una historia de superación que trasciende lo personal: tras años de trabajo en primera línea, especialmente duros durante la pandemia, la viudedad y el agotador proceso oncológico, halló en la expedición a la Patagonia una oportunidad para renacer.

Procedente de una familia con raíces militares, reconoce que los valores que marcaron su educación —la disciplina, la entrega, el compañerismo— han sido determinantes para superar las adversidades y afrontar este desafío extremo. Hoy impulsa, junto a sus compañeras del reto, la asociación Montañas de Vida, un proyecto que busca ayudar a pacientes oncológicos a través de la montaña y el contacto con la naturaleza.

Con una mezcla de humildad y entusiasmo, Kica relata lo que significó ser parte de esta aventura, el aprendizaje humano que le dejó y el mensaje de esperanza que quiere transmitir a quienes luchan contra la enfermedad.

Usted fue elegida para participar en el Reto Pelayo Vida Patagonia 2023. ¿Qué sintió al recibir la noticia?

Venía de una época muy dura: la pandemia, mi trabajo en una residencia de mayores, la viudedad y, finalmente, el diagnóstico de un cáncer de mama. Cuando me llamaron, recién terminada la quimioterapia, no me lo podía creer. Siempre había pensado que tenía mala suerte y, de repente, me tocaba algo bueno y extraordinario. Fue una emoción absoluta, una sensación de llegar a un lugar muy importante.

¿Qué ha supuesto para su vida enfrentarse a un desafío en condiciones extremas tras superar un cáncer?

Un cambio radical. Para mí lo más valioso han sido las personas que este reto me ha traído. Mujeres increíbles, con historias de vida impresionantes, que hoy forman parte de mi camino. He aprendido a vivir más en el presente, a atreverme a hacer más cosas y a valorar la vida de otra forma.

¿Qué momento recuerda como el más duro de la expedición? ¿Y cuál fue más emotivo?

El más duro fue el día de ascenso, con 13 horas de caminata y yo afectada por una gastroenteritis. Estaba deshidratada, agotada, pensé que no podría seguir. Pero una compañera me dijo: «O subimos todas o no sube ninguna». Esa frase me dio fuerzas. El más emotivo fue llegar a la cumbre todas juntas, llorando, leyendo poemas, incluso con algunas compañeras esparciendo cenizas de seres queridos. Fue espectacular, un momento de unión y trascendencia.

No resulta fácil a una mujer dejar su casa e hijos para afrontar un reto tan extremo.

El reto buscaba mandar un mensaje a quienes hoy luchan contra la enfermedad. ¿Qué les diría desde su experiencia?

Que hay mucha vida, incluso durante la quimioterapia. El camino oncológico te enseña y te trae gente maravillosa. A veces no se puede hacer todo, por eso hay que investigar más, pero se puede vivir intensamente. Mi mensaje es de esperanza y constancia: se puede estar muy vivo después de un cáncer.

En esta aventura la resistencia mental fue tan importante como la física. ¿Cómo se preparó para ambas?

La preparación mental provino del propio proceso oncológico. Pasar por un cáncer te entrena para el sufrimiento, para la aceptación y para la resistencia. Eso te da una fuerza extra. La física fue bastante dura, porque después de la “quimio” estaba muy débil, pero poco a poco lo conseguí. Volver a poder hacer algo así en cuestión de seis meses fue alucinante.

¿Qué papel jugaron el compañerismo y el trabajo en equipo para lograr el objetivo?

Fundamental. Sin el equipo no lo hubiéramos logrado. Desde el primer día tuvimos claro que aquello no era una competición. Nos apoyamos unas a otras, incluso con los cámaras había muy buen ambiente. Esa hermandad fue tan fuerte que al volver decidimos crear la asociación Montañas de Vida, para ayudar a otras personas en su proceso oncológico a través de la montaña.

A lo largo del documental Voces en el Hielo —disponible en Amazon Prime Video— se subraya la fuerza femenina y la resiliencia. ¿Qué le gustaría que se llevara el espectador al verlo?

Un mensaje de esperanza. Que se vea que la vida es dura, que hay momentos de flaqueza, pero que el trabajo en equipo y el apoyo son claves. También visibiliza la fuerza de las mujeres, porque no resulta fácil dejar tu casa e hijos durante semanas para afrontar un reto tan extremo. Si encima vienes de superar una enfermedad, la experiencia se vuelve todavía más transformadora.

Después de conquistar la Patagonia, ¿qué nuevos retos le gustaría afrontar?

En lo personal, ya he hecho un triatlón y una maratón de Roma, que eran sueños que tenía pendientes. Pero lo más importante ha sido fundar la asociación Montañas de Vida, que está creando una comunidad preciosa de pacientes y supervivientes oncológicos. Queremos que la montaña siga siendo un lugar de recuperación y de unión. Ver cómo alguien llega todavía en quimio y, poco a poco, recupera fuerza y ganas, es algo que emociona.

Usted es de Toledo y ya ha compartido esta experiencia con su ciudad. ¿Cómo fue ese reencuentro con su entorno?

Muy especial. El Ayuntamiento me ayudó a proyectar el documental y se volcaron conmigo. La gente lo recibió con orgullo, porque ven todo lo que he pasado y valoran que me lanzara a una aventura así. Fue emocionante compartirlo con los míos.

El Ejército de Tierra comparte con este reto valores como la disciplina, el esfuerzo colectivo y la resistencia en condiciones extremas. ¿Encuentra paralelismos?

Totalmente. He visto esos valores en casa desde niña: honestidad, trabajo, entrega y compañerismo. Mi padre, que fue militar y muy deportista, siempre decía que «la obligación va antes que la devoción». Para mí, ese ejemplo fue clave. Creo que he podido hacer este reto porque me enseñaron a ser resiliente y a trabajar en equipo. Esos valores, que también forman parte del Ejército, han sido los que me sostuvieron en el cáncer y en la montaña.