Texto: Luis Villaverde/ Valencia
Fotos: Bg. Jose Manuel Dueñas (DECET)
María Jesús Recuero es una vecina de Picaña (Valencia), que al igual que muchos otros, ha resultado damnificada por las inundaciones provocadas por la DANA. De manera espontánea, y a iniciativa propia, decidió escribir un correo electrónico al Departamento de Comunicación del Ejército de Tierra. En el mensaje agradecía, de corazón, el trabajo que el Ejército, encarnado en esta ocasión en los hombres y mujeres del Regimiento de Caballería «España» n.º 11, había llevado a cabo en la limpieza de su calle y su edificio. «Sirva este correo para darles las gracias a nuestros militares. Por su trabajo, la humanidad y la generosidad que nos brindaron tanto a mi familia como a toda la comunidad de vecinos. Nos han salvado la vida en muchos aspectos, y gracias a ellos hemos vuelto a creer en nuestras instituciones».
Aún le cuesta responder a nuestras preguntas sin emocionarse cuando recuerda los terribles acontecimientos de aquel 29 de octubre. «Fue un desastre de gran magnitud, nadie en Picaña, ni en cualquier otra zona, lo hubiera imaginado».
Acontecido el temporal, con las aterradoras evidencias de su paso, no había organización entre vecinos y voluntarios. Cada uno aportaba a la causa todo el material disponible —palas, cubos, etc.— pero no existía un orden estructurado que, en esos primeros momentos de la catástrofe, arrojara un poco de luz. «Lo más difícil fue el proceso de comprobar que todos los vecinos estaban a salvo. Luego, ante montañas de coches y escombros no sabíamos por dónde empezar», señala María Jesús. Tras largas jornadas de trabajo no tenían los suministros básicos que les permitiesen darse una ducha para su aseo personal: no tenían luz ni agua.
Cuando llegó el apoyo del Ejército de Tierra, los vecinos, agradecidos, acogieron a los efectivos con los brazos abiertos. «Fueron nuestros ángeles de la guarda. Pienso que nos han ayudado en todos los sentidos. Vinieron muchos voluntarios, bomberos, etc., pero lo hacían a iniciativa propia, y en sus días de descanso. La ayuda de alguien que sea nuestro, que lo consideremos nuestro, fue la del Ejército», declara María Jesús.
Los militares llegaron con la maquinaria necesaria para limpiar sus viales, pudiendo vislumbrar la efectividad de las mismas en muy poco tiempo. El lodo fue desapareciendo de sus garajes y el acceso a sus calles y edificios se hizo posible.
Esta vecina de Picaña y su comunidad de vecinos estarán por siempre agradecidos a los miembros del Regimiento «España» por el trabajo realizado. «Se portaron de manera ejemplar. Nadie es consciente del trabajo que hicieron. Sacaron de dos plantas que tiene nuestro garaje, no solo el lodo, que lo cubría todo, también cañas, animales muertos, restos que salían de las bajantes… todo con carretilla y capazos», indica María Jesús. «Era nuestra desgracia, y ellos la hicieron suya», se emociona.
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