MENS SANA IN CORPORE SANO

Plan de entrenamiento psicológico.

Texto: Ana Vercher /Madrid

Fotos: MADOC


El estrés y la ansiedad se han convertido en dos de los grandes males de nuestro siglo, en especial, en el entorno laboral. Pero si hablamos de determinadas profesiones, como la de militar, ese nivel de estrés se multiplica. Aunque el oficio de las armas sea principalmente una vocación, el estar desplegado en zona de operaciones, la lejanía de familiares o la necesidad de preparación y esfuerzo constante provocan una fuerte tensión psicológica. Algo que, por la propia naturaleza del trabajo, puede acarrear graves repercusiones, no solo sobre el propio personal, sino también en la unidad y la misión.

Por ello, la Dirección de Investigación, Doctrina, Orgánica y Materiales (DIDOM) —perteneciente al Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC)— ha desarrollado un programa de entrenamiento para fortalecer psicológicamente al personal militar del Ejército de Tierra, encuadrado, a su vez, en el proyecto de Mejora del Apoyo Psicológico en las unidades del Ejército, liderado por el Mando de Personal.

El objetivo es claro: potenciar las capacidades y habilidades mentales necesarias para optimizar el desempeño del combatiente en entornos operativos difíciles, incorporando el entrenamiento psicológico a las actividades diarias de instrucción y adiestramiento. De esta manera, «se ayuda al militar a construir una mentalidad fuerte y resiliente, aumenta la confianza en sí mismo para afrontar las misiones con éxito y refuerza su capacidad de liderazgo, aspectos fundamentales para asegurar una eficaz preparación de cualquier componente del Ejército de Tierra», explica la comandante psicóloga Martín, destinada en la DIDOM.

Por ello, se han diseñado dos módulos diferenciados: el «Módulo de Resiliencia Psicológica» y el «Módulo de Resiliencia de combate», se concluye que la preparación psicológica disminuye la preocupación por el estigma asociado a la posibilidad de experimentar una reacción de estrés agudo en combate, así como la percepción de estrés, la ansiedad y los niveles de cortisol en situaciones análogas al combate real. A su vez, aumenta la percepción de autoeficacia, la confianza de los mandos en sus subordinados para cumplir la misión con éxito y la resiliencia individual», explica la comandante Martín, quien añade que el combatiente «es psicológicamente más fuerte, más capaz de autorregularse y de actuar eficientemente».

De momento, la fase experimental continúa, y a lo largo de 2024 se está trabajando en llevar a cabo la implementación experimental del programa en las Brigadas «Aragón» I y «Extremadura» XI.

De igual modo, y como parte de este proyecto —cuya fase teórica vio la luz a principios de 2023—, se realizaron las I Jornadas Técnicas de Resiliencia, celebradas en Granada del 5 al 8 de marzo de este año, durante las cuales se ha formado a los primeros oficiales psicólogos que impartirán la formación en el período de implementación experimental en 2024.

«Cuando finalice la aplicación experimental, se valorará la incorporación de ambos módulos a los planes de estudios de las academias de oficiales y suboficiales y a los centros de formación. Así mismo, en el caso del «Módulo de Resiliencia de Combate» se incluirá en los Planes de Instrucción Anual de las unidades de la Fuerza», señala la comandante Martín.

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