un militar con fuerza hacia el futuro

Felipe Pulido / Madrid

Han pasado más de cuatro años desde que el soldado Ponce dejó el Centro de Formación de Tropa nº 2, ubicado en “San Fernando” (Cádiz), para ocupar su primer destino como militar en Cerro Muriano (Córdoba), en el Grupo de Caballería Acorazado «Almansa» II/10. Durante este tiempo ha demostrado ser un referente de fuerza y de entereza; su máxima es la superación y ésta, precisamente, es la que le ha llevado a lograr su propósito de convertirse en Guardia Civil.

UN MILITAR CON FUERZA HACIA EL FUTURO

Cuando ultima sus días en el Ejército, antes de incorporarse a la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza (Jaén), repasa su trayectoria y se muestra satisfecho por todo lo vivido: “Aquellos días duros de maniobras en “San Gregorio”, dice mientras echa la vista atrás.

Sabe que el sacrificio forma parte de la vida del militar, pero también es conscientes de otros valores que se incluyen en esta importante mochila y que hacen mucho más fácil el camino: “el compañerismo siempre estuvo ahí y ayudó hasta en los peores momentos”.

Aprobar la convocatoria de la Guardia Civil es un aliciente en su vida, ya que ha requerido de un importante esfuerzo: “He tenido que intentarlo dos veces”, asevera. Pero para ello dispone de una receta fundamental: “No lo logra quien es mejor, sino quien es más constante”. Ponce cree que el método pasa por centrar un objetivo y perseguirlo hasta conseguirlo.

Con esa máxima se ha convertido hasta en cinco ocasiones en campeón de España en la Federación Internacional de Asociaciones de Muaythai. Además, en 2015 se consagró como campeón de España Profesional en este deporte, conocido popularmente como “Boxeo Tailandés”.

Por si fuera poco, en 2016 se alzó como campeón de Europa Profesional Muay Thai (Consejo Mundial de Muaythai, WMC); en 2017 como campeón del Mundo Profesional (En la Liga Mundial de Kickboxing, WKL) y, un año después, se proclamó campeón internacional en la misma modalidad.

Tiene claro que los valores militares son compatibles con el deporte profesional. Algunos como el esfuerzo o el espíritu de sacrificio le sirven para lograr nuevas metas. Además, desde 2018 es miembro de la Selección de Boxeo Militar.

Cuando descubrió este deporte era solo un adolescente y, tras ganar en una competición, decidió seguir esforzándose para lograr sus objetivos. “Dedico muchas horas al día a entrenar, pero el apoyo de mis padres y mis hermanos es fundamental en todo lo que realizo”, asevera el soldado.

Además, le gusta compartir sus conocimientos con los demás y, actualmente, compagina su vocación de servicio a España con la de entrenador en diferentes tipos de boxeo.

Precisamente con sus alumnos y compañeros del gimnasio acaba de promover una iniciativa de recogida de juguetes estas Navidades para que ningún menor se quedara sin recibir la visita de los Reyes Magos.

Desde que era un niño sintió que su vocación era la de servir a España y desde entonces no ha querido dejar de frenar sus sueños. Ahora, que está a punto de cumplir los 30 años, está dispuesto a abrir un camino nuevo en el que se lleva su etapa en el Ejército de Tierra en el corazón.

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