
El Regimiento de Especialidades de Ingenieros nº 11 tiene la capacidad específica de ser la única unidad que se dedica al montaje de campamentos semipermanentes y bases permanentes en zonas de operaciones. Sin embargo, esta vez su actuación se ha desarrollado en Madrid, donde han participado en el montaje del hospital de campaña instalado en IFEMA, para atender a los enfermos del COVID-19.

Si el año pasado la unidad, ubicada en el acuartelamiento “General Arroquia”, en Salamanca, celebraba su 175º aniversario, éste se ha visto involucrada en la operación “Balmis”, que desarrollan las Fuerzas Armadas desde la declaración del Estado de Alarma. Un total de 14 militares, del Batallón de Castrametación, han procedido a la instalación de 22 contenedores con duchas, lavabos e inodoros, para los enfermos que reciben tratamiento en el hospital de campaña. Y todo ello en un tiempo récord: menos de tres días, del 22 al 25 de marzo.
El capitán López ha tenido la difícil labor de coordinar el operativo en primera persona y a todo el personal de su compañía involucrado. En ese sentido, reconoce que es la primera vez que han afrontado un hecho de estas características en territorio nacional. Sin embargo, recuerda: «Para ello nos estamos preparando continuamente, por lo que solo tenemos que adaptarnos al tipo de situación». El militar acaba de cumplir, el 18 de marzo, 33 años y se ha enfrentado a una situación compleja, pero que ha sabido resolver con determinación, en equipo, apoyado por el resto de personal que ha participado en el operativo.

Cuando llegaron al lugar, el ingeniero ourensano Juan José Pérez, encargado de transformar los pabellones de IFEMA en un hospital, se dirigió a ellos con las palabras “Gracias a Dios que estáis aquí”. El capitán reconoce que esas palabras le marcaron, al sentir que su trabajo era reconocido y esperado, y que en aquellos momentos podrían ser muy útiles a la sociedad. Y así fue, estos componentes del Ejército de Tierra han participado como héroes al aportar su trabajo en apoyo a las autoridades civiles y militares, afrontando el riesgo de contagio (al igual que todos aquellos que cada día desarrollan su actividad en diferentes puntos de España).
«Solo hemos querido que nos vean como un punto de ayuda más», dice el capitán. Pero su misión aún no ha terminado y ahora, una vez finalizado su trabajo en IFEMA, continúan su labor en otros puntos de la geografía española.
Algo bueno que tiene esto del coronavirus, es la piña que han hecho los españoles entre sí y el poder ver directamente a nuestras FFAAs como una parte muy importante de la solución.
Os queremos.
Firmado: una mamá de uno de vosotros.