No sabían ni dónde ni cuándo, pero sabían que querían ser parte de ello. Con ese espíritu acudieron un grupo de 80 jóvenes de entre 16 y 17 años a la Academia de Infantería de Toledo, del 23 al 26 de junio, para enfrentarse a la fase de selección de la última expedición de España Rumbo al Sur, que parte hacia el continente africano alrededor del 1 de agosto.

Este proyecto, dirigido a jóvenes, ha contado desde sus inicios con el apoyo del Ejército de Tierra, que ha colaborado cediendo instalaciones y personal voluntario para la organización de actividades durante las 11 ediciones que lleva en marcha (contando las de su antecesora, Madrid Rumbo al Sur). En este caso, la Academia toledana ha sido escenario de la primera fase de la nueva aventura, la que sirve para poner a prueba la resistencia de los aspirantes a formar parte de la expedición. Entre ellos, algunos que querían repetir experiencia, como el sevillano José Perea o la tarraconense Mar Borrás. El primero ya fue rumbero —como se conoce a los participantes— el pasado año, y reconoce que la expedición fue un «punto de inflexión en su vida». De ahí las ganas de repetir, las mismas de Mar, que cree que todos los jóvenes deberían hacer algo así «al menos una vez en su vida».

Para Miguel Montalvo, de Madrid, que se había apuntado por su afición al deporte, lo que más le ha llenado de esta fase han sido «las personas», una impresión que comparte con Belén Santos, también madrileña, sorprendida de «los lazos y la confianza» que ha llegado a tener con muchos de sus compañeros, en tan sólo tres días de convivencia.
UN VERANO DIFERENTE
España Rumbo al Sur es una invitación a los jóvenes para vivir un verano diferente, alejados de la comodidad, los amigos de siempre y la familia, y apostar por una aventura en la que se fomentan valores como el esfuerzo personal, el trabajo, el estudio, la perseverancia y el respeto al otro y a lo diferente.
Pero se trata de un viaje solo apto para valientes «que se atreven a vencer los prejuicios, los miedos hacia lo desconocido y lo diferente», explica su director, Telmo Adaz.

El programa, pionero y único en el mundo, busca sensibilizar a toda la sociedad, y en particular a los jóvenes, en el fomento de buenos valores a través de la acción directa, el esfuerzo y el trabajo sobre el terreno.
La preparación para esta particular expedición combina la asistencia a talleres y conferencias sobre los más diversos temas —como cultura de Defensa, geoestrategia, cooperación internacional, salvamento, supervivencia, o el hambre y los conflictos en África, entre otros—, y pruebas de aptitud y físicas.
Respecto a estas últimas, varios sargentos alumnos de la Academia de Infantería apoyaron a la organización impartiendo clases de orden cerrado y ayudando a los chicos a pasar la pista de aplicación. Estos también realizaron pruebas de agua en la piscina del centro y una carrera de orientación nocturna por el campo de maniobras “Los Alijares”.

La disciplina y el régimen de vida de los aspirantes a rumberos durante esta fase fue muy similar a la militar, logrando despertar más de una vocación.
Interesante y seguro que algo sacan en claro