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Conocer a… Comandante De la Fuente


«Las carreras no son un examen, sino una fiesta»

Texto: Ana Vercher / Madrid

Fotos: Cte. De la Fuente

Hay ocasiones en que se descubre una nueva afición y ésta nos engancha de tal modo que deja de ser un hobby para convertirse en parte de nuestra vida. Esto le ocurrió al comandante De la Fuente, jefe del Departamento de Tecnologías de la Construcción en la Escuela Politécnica Superior del Ejército (Madrid), con el atletismo. Empezó a practicarlo casi por casualidad, hace más de 40 años, siendo apenas un niño: «Comencé a correr porque un amigo y compañero del colegio hacía atletismo, y un día decidí acompañarle. Desde ese primer día me enamoré de este deporte y ese amor dura hasta hoy», explica el comandante De la Fuente, quien añade que no sabría elegir qué es lo que más le gusta de su práctica: «No podría decir una sola cosa, porque es mucho lo que me aporta en todos los sentidos: relajación, enfoque, salud, felicidad, amistades y viajes; también capacidad de planificación, de esfuerzo, de sufrimiento. Desde hace décadas el atletismo es para mí como el pegamento que une el resto de las partes de mi vida, una de las cosas que le da sentido», asegura el comandante De la Fuente.

No obstante, dentro de las múltiples variantes que tiene este deporte, él es un atleta de fondo básicamente, aunque a veces corra alguna prueba de medio fondo como 1500, o milla. Sobre todo, se dedica a distancias entre 3000 y 10 000 metros, en todas las superficies: pista, ruta (asfalto) y cross (tierra). «Si tengo que elegir, prefiero la pista y el cross, ambas por encima de la ruta, pero ésta también me encanta. Mis pruebas preferidas serían el 3.000, 5.000 y 10 000 en pista, y el cross, que suele ser de 8 a 10 kilómetros.».

Más de 1200 carreras lleva este madrileño a sus espaldas, desde que comenzase a contarlas en el año 2000. Y es que practicar atletismo y competir vinieron de la mano desde el primer día, con grandes resultados a lo largo de los años. En el ámbito civil cuenta, entre otros muchos premios, con cinco títulos individuales de campeón del mundo máster, cuatro títulos individuales de campeón de Europa máster y 18 títulos individuales como campeón de España, en diversas categorías y distancias. En el ámbito militar, es doble campeón de España Militar de Campo a Través en Fondo Largo y triple campeón de España del Ejército de Tierra en la misma modalidad. Marcas que el comandante ha conseguido gracias a su esfuerzo y dedicación, y entre las que destaca su último triunfo deportivo: tres medallas de oro en el Campeonato del Mundo Máster de Atletismo, celebrado en marzo en Gainesville, Florida (Estados Unidos), en Cross Country M50, en 10K M50 y en equipos Cross Country M35. También logró un bronce en 3000 m y plata por equipos en 10K. «Fue una alegría muy grande, pues tras siete años repletos de lesiones, desde 2018 llevaba sin participar en competiciones internacionales. En esta ocasión, tras casi un año con ausencia de lesión, logré llegar muy en forma a la cita», mantiene el comandante De la Fuente.

La constancia es fundamental para llegar a tener un palmarés como el suyo, por eso seguir un buen entrenamiento es clave, algo que ha ido adaptando a sus preferencias y horarios. «Tuve entrenador de los 7 a los 12 años, y desde entonces me entreno a mí mismo. Adoro la faceta de entrenador, me gusta mucho planificar los entrenamientos, pues de ese modo haces lo que quieres, y si quieres», asegura el comandante.

Desde sus inicios como militar, hace 20 años y tras estudiar Ingeniería de Caminos, siempre ha podido compaginar perfectamente su profesión con el deporte. Y es que con el atletismo disfruta y es eso, precisamente, lo que aconseja a aquellos que se inicien. «Hay que enfocarlo como lo que es: ocio, alegría, diversión y salud. Que no se obsesionen, que las carreras no son un examen, sino que son una fiesta». Y, precisamente, al entender el deporte como ocio, nunca se marca objetivos deportivos: «Los objetivos son algo que si no logras, frustra, y ese concepto es incompatible con mi modo de entender, vivir y disfrutar el atletismo. Entreno con ilusión, constancia y lógica, y por el camino me voy encontrando carreras», concluye el comandante De la Fuente.

Superación en el Tatami

Texto: Paula Mozota / Madrid

Fotos: OCE BRILEG

Este año se ha celebrado la VIII edición del Campeonato Nacional de Combate Cuerpo a Cuerpo del Ejército de Tierra. La cita tuvo lugar entre el 26 y 29 de mayo en Almería, concretamente en la Base Álvarez de Sotomayor, en Viator. 

La competición, que se celebra desde 2017, tiene como objetivo valorar de manera lúdico-deportiva el nivel de instrucción alcanzado en las unidades en la modalidad de combate cuerpo a cuerpo. Asimismo, busca fomentar el compañerismo y afianzar el espíritu militar entre los competidores. Este evento anual está dirigido por el coronel -en la reserva-, Piña Sánchez, con el apoyo y asesoramiento técnico del cabo 1º Martín Guiraldo. La labor de este último ha sido clave, no solo como mano derecha en la planificación y ejecución del campeonato, sino también como colaborador fundamental en la incorporación de mejoras al reglamento, con el objetivo de dotar a la competición de un carácter cada vez más realista y acorde a las exigencias operativas.

Sumisión, técnica y realismo

El campeonato se estructuró en tres jornadas, cada una de ellas centrada en una modalidad específica destinada a evaluar las capacidades esenciales de los combatientes. 

El primer día estuvo dedicado al combate en suelo, donde se emplearon técnicas de sumisión inspiradas en disciplinas como el judo, grappling y jiu-jitsu. 

La segunda jornada se centró en unas demostraciones técnicas que pusieron a prueba el dominio de los participantes en la ejecución y resolución de las técnicas de defensa ante ataque recogidas en el manual de instrucción de Combate Cuerpo a Cuerpo e Intervención No Letal (CCC-INL) del Ejército de Tierra. 

El campeonato finalizó con la modalidad de combate cuerpo a cuerpo de pie, donde se simularon escenarios reales de enfrentamiento. En esta última prueba, los participantes adaptaron los principios de las artes marciales mixtas al contexto castrense.

Unión fuera y dentro del tatami

Durante el acto de clausura del campeonato, el Coronel Piña declaró que «lo vivido aquí no se mide en medallas o puntos, sino en sudor, compañerismo y en esa huella imborrable del espíritu militar que nos une». Este campeonato superó su carácter de competición técnica para pasar a ser un evento de unión deportiva y militar. La edición de este año batió récords de participación con representantes de numerosas unidades provenientes de todas partes del país. 

Estas unidades fueron la Brigada «Galicia» VII, Brigada «Guzmán el Bueno» X, Brigada «Extremadura» XI, Cuartel General de Fuerza Terrestre, Mando de Artillería de Campaña, Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, Mando de Transmisiones, Mando de Artillería Antiaérea, Comandancia General de Baleares, Centro Geográfico del Ejército de Tierra, Mando de Tropas de Montaña y Mando de Adiestramiento y Doctrina, junto a los cadetes de la Academia General Militar.

La organización de este campeonato rota anualmente su sede, con el objetivo de acercar esta disciplina a un mayor número de unidades del Ejército de Tierra. Esta itinerancia favorece la implicación directa de dichas unidades, no sólo al facilitar la participación activa de los competidores, sino también al involucrar a quienes animan desde las gradas. Esta experiencia posee un gran valor formativo para ambos grupos, ya que, quienes observan las técnicas, procedimientos y actitudes también refuerzan su aprendizaje individual y estimulan el espíritu de superación colectivo. De este modo, el campeonato se consolida como una herramienta de instrucción, cohesión y motivación al servicio de toda la Fuerza.

El coronel Piña aseguró en el discurso de clausura que «los participantes volvieron a sus unidades no solo con muchas lecciones aprendidas, sino con una mayor y más sólida camaradería forjada en el tatami. Porque en ese polideportivo no se compitió solo por ganar, sino por superarse, y por honrar los valores que unen a los militares». 

El éxito de esta octava edición confirma que este campeonato es ya una cita anual dentro del calendario deportivo castrense. En palabras del coronel Piña «el verdadero valor de esta competición no está en los pódiums subidos, sino en haber demostrado una vez más que el verdadero rival no está enfrente, sino en la lucha personal por superarse a uno mismo». Tanto vencedores como vencidos hicieron honor a los valores del Ejército al demostrar su entrega y resiliencia.