Texto: Ana Vercher / Madrid
Fotos: BRIPAC
La Brigada «Almogávares» VI de Paracaidistas ha desarrollado y liderado, del 11 al 22 de septiembre, el ejercicio «Lone Paratrooper». Se trata de una de sus principales maniobras anuales, en las que también han participado militares procedentes de ejércitos aliados y que han tenido como escenario el aeródromo militar de León. El objetivo de este ejercicio es mejorar el adiestramiento de las capacidades de in filtración paracaidista a gran altura —con empleo de oxígeno— y el intercambio de experiencias. En esta ocasión, han participado más de 200 militares, tanto miembros de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil españolas, como militares procedentes de Estados Unidos, Francia, Italia, Países Bajos y Portugal.

Respecto a los efectivos españoles, han intervenido equipos operativos del Ejército de Tierra —Compañía de Reconocimiento Avanzado del Batallón de Cuartel General de la Brigada Paracaidista y personal del Mando de Operaciones Especiales—, así como de la Armada —Fuerza de Guerra Naval Especial—, del Ejército del Aire y del Espacio —Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo y Escuadrón de Zapadores Paracaidistas— y de la Guardia Civil —Servicio Aéreo de la Guardia Civil—. De igual modo, para dar forma al «Lone Paratrooper» se ha contado con diversas aeronaves: un T-23 (A400), un C-130H-30 Hércules —neerlandés— y tres T-21 (C-295).

OBJETIVO PRINCIPAL
«La finalidad de este ejercicio es entrenar saltos a gran altura utilizando oxígeno e intercambiar tácticas, técnicas y procedimientos con unidades colaboradoras», explica el sargento Silva, de la Oficina de Comunicación de la Brigada «Almogávares» VI de Paracaidistas. Concretamente, «se fomenta la capacidad de tándem en condiciones HAHO, se mejoran los procedimientos HALO-HAHO en condiciones de visibilidad limitada, se practican los procedimientos y técnicas de navegación/ infiltración, y se impulsa la interoperabilidad entre socios internacionales». Esto último es debido a que la participación de unidades de otros países permite mejorar los procedimientos, interactuando en experiencias y técnicas, probando y obteniendo nuevos conocimientos de los medios aéreos utilizados por las diferentes naciones participantes.
El objetivo es mejorar el adiestramiento
de las capacidades de infiltración a gran altura
Respecto a la ejecución del ejercicio «Lone Paratrooper» de este año, «cabe destacar que ha sido un hito importante para la Brigada Paracaidista haber realizado por primera vez un lanzamiento en alta cota —con oxígeno— en un T-23 (A400)», sostiene el sargento.

HALO-HAHO
Los conocidos como procedimientos HALO-HAHO son tipos de lanzamiento en caída libre, utilizados mayoritariamente por las Fuerzas Armadas, que tienen como característica común la altura desde donde se lleva a cabo el salto. En este sentido, tanto en la técnica HALO (High Altitude-Low Opening, esto es, Gran Altitud-Baja Apertura) como en HAHO (High Altitude-High Opening, es decir, Gran Altitud-Alta Apertura) el salto se realiza a alturas considerables, llegando a alcanzar —o, incluso, superar— los 8.000 metros. La diferencia fundamental entre ambos procedimientos es que en el primero el paracaidista cae en caída libre durante largo tiempo antes de tirar de la anilla, a baja altura, mientras que en el segundo el paracaídas se abre apenas unos segundos después de separarse de la aeronave. Ambas técnicas se realizan en situaciones estratégicas dentro del ámbito militar, para aproximaciones e inserciones lejanas o tras líneas enemigas, transporte de equipamiento y suministros o, en ocasiones, en tándem —piloto más pasajero—. Este tipo de saltos requieren de una preparación muy exigente y constante, ya que conllevan una enorme dificultad.

La propia pericia del paracaidista y su dominio de las técnicas se complementan con equipamiento especial para superar otros obstáculos aparejados a esta clase de lanzamientos, como pueden ser la hipoxia o la hipotermia —debido a las características de la atmósfera a tal altitud—, por lo que frecuentemente se puede ver a los saltadores con, por ejemplo, equipos de oxígeno. Estas técnicas paracaidistas tienen sus orígenes en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en 1960, y fueron utilizadas por primera vez en un combate en la Guerra de Vietnam. No obstante, cabe destacar que la Brigada «Almogávares» VI de Paracaidistas es un referente en el ámbito militar internacional, ya que ha ido puliendo día a día las técnicas de navegación y los procedimientos requeridos para completar con éxito el salto y cumplir la misión.
