Texto: Felipe Pulido / Madrid
Fotos: PAO Turquía
La operación «Apoyo a Turquía», en el marco de la misión «Persistent Effort» de la OTAN, cumplirá el próximo 20 de marzo 3.000 días de despliegue desde la llegada del primer contingente español a suelo turco. Superado este hito, serán más de 72.000 las horas en las que el Ejército de Tierra ha brindado protección al país, con una batería Patriot, frente a amenazas derivadas del conflicto en Siria.
«Afrontamos esta fecha con el gran orgullo que supone heredar el excelente trabajo de los contingentes que nos han precedido y con la enorme responsabilidad de mantener el legado del cumplimiento de la misión al más alto nivel», expone el teniente coronel Contreras, jefe del XVII contingente.
Hasta la fecha, se trata de la única operación en la que el Ejército de Tierra ha desplegado medios con capacidad antimisil fuera de sus fronteras, por lo que, desde sus inicios, ha representado para las unidades un reto importante al ser la primera misión exclusivamente antiaérea.
La batería Patriot se emplaza en la base aérea de Incirlik, en la ciudad de Adana, al sureste de Turquía y a escasos kilómetros de Siria. Proporciona apoyo a la quinta ciudad más grande del país y, también, a sus alrededores.
«Hasta el momento, la batería Patriot no ha necesitado actuar contra ninguna amenaza de misiles balísticos tácticos (TBM, en sus siglas en inglés), pero seguimos preparados para responder, en caso de que sea necesario, mientras dure nuestro despliegue», recuerda el capitán Guerrero, oficial de Asuntos Públicos.
La evolución del escenario, desde el primer despliegue en el año 2015, ha variado en función de cómo se ha ido desarrollando el conflicto en Siria. Los primeros contingentes estaban integrados, principalmente, por personal de la misma unidad de origen, fundamentalmente de los diferentes regimientos que conforman el Mando de Artillería Antiaérea (MAAA).
Sin embargo, en los últimos años la tendencia ha sido incorporar a otras unidades de Artillería. El contingente actual está constituido por personal del MAAA, del Mando de Canarias, de la Brigada «Rey Alfonso XIII» II de La Legión y de la Agrupación de Transporte nº 1. También cuenta con otras aportaciones procedentes del Mando de Artillería de Campaña, la Brigada «Aragón» I, la Agrupación de Apoyo Logístico nº 41 y el Ejército del Aire y del Espacio.
En los inicios de la misión «Active Fence», en 2012, la frontera turca estaba defendida por baterías Patriot de diferentes países de la Alianza. Estados Unidos desplegó en la ciudad de Gaziantep, Alemania en Kahramanmaras y Países Bajos en las proximidades de Adana. En 2015, los militares españoles relevaron a los neerlandeses en la defensa de esta ciudad.
Posteriormente, Italia desplegó el sistema SAMP/T en la ciudad de Kahramanmaras por un periodo de tres años. En la actualidad, España es el único país que mantiene el sistema Patriot en defensa de la frontera turca frente a la amenaza TBM proveniente de Siria.
«Junto al despliegue español, Lituania proporciona el apoyo de un equipo de Sistemas de Información y Telecomunicaciones de la OTAN, que aporta los enlaces necesarios para la integración del sistema Patriot español en el Sistema Integrado de Defensa Aérea y Antimisiles de la OTAN», añade el teniente coronel Contreras.
La participación de las Fuerzas Armadas españolas en la operación mantiene el compromiso con la defensa colectiva de la Alianza y de sus países aliados, aumentando la seguridad y la estabilidad en la región.
Más sobre el sistema Patriot
De fabricación estadounidense, el sistema Patriot fue concebido para la defensa antiaérea y adaptado, posteriormente, para la defensa antimisil, capacidad que se emplea en la misión «Apoyo a Turquía». Para el Ejército de Tierra, se trata del único sistema de misiles tierra-aire de largo alcance con capacidad antimisil. Su radar permite la detección de la amenaza aérea a una distancia de hasta 130 kilómetros. Puede contrarrestar TBM, misiles de crucero, objetivos de pequeña sección radar y aviones de última generación. Sus misiles tienen un alcance de 100 kilómetros.
Diario en Adana
Suena el despertador en Adana, las agujas del reloj van dos horas por delante del horario peninsular español. El capitán Guerrero relata cómo es el inicio de un día en la ciudad turca: «Como en cualquier unidad militar, comenzamos con una formación a primera hora donde, ¡cómo no!, rendimos memoria a nuestro pasado con la lectura de las efemérides».
A continuación, cada componente ocupa su puesto para el desarrollo de los cometidos en los diferentes núcleos que componen el contingente. Además de la ejecución de los trabajos propios del personal, el programa diario y semanal incluye instrucción y adiestramiento del combatiente, formación sanitaria, tiro de armas portátiles o nociones militares, entre otras materias. «Tampoco falta la actividad físico-militar, tan importante para el buen funcionamiento del soldado», añade el capitán Guerrero.
Son de reseñar las actividades militares bilaterales y multinacionales que se llevan a cabo en la base aérea de Incirlik, que contribuyen a mejorar la interoperabilidad con otros países. Y, entre todo lo enunciado, «siempre hay espacio para disfrutar del tiempo libre y realizar actividades de ocio, que sirven para fortalecer y cohesionar a todo el contingente», aclara el oficial. Esta es su tercera misión en el exterior. La experiencia adquirida en operaciones es muy completa y les será de gran utilidad para el futuro. Por ello, al finalizar cada jornada, les queda siempre la satisfacción del deber cumplido.



