Entrevista a… Felipe Reyes / Exjugador de baloncesto

“Mi padre se sentía orgulloso de ser militar; eso hace más  especial este reconocimiento”

Felipe Pulido / Madrid

Felipe Reyes (Córdoba, 1980), durante más de 20 temporadas, demostró ser un jugador de altura en el mundo del baloncesto, primero en el Estudiantes y, posteriormente, en el Real Madrid. Con sus 2,04 metros de estatura llegó a tocar el cielo con las manos al conseguir 24 títulos y 10 medallas internacionales junto a la Selección Española. Además, logró posicionarse como uno de los mejores pívots de Europa y, actualmente, se encuentra entre los jugadores que más veces han competido con la Selección. El 27 de octubre recibió la distinción que le acredita como embajador de Marca Ejército, un nombramiento que acogió con especial ilusión y en el que el exjugador no pudo evitar levantar la vista al cielo.

¿Qué sintió al recoger la cédula de su nombramiento de manos del Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME)? Ser embajador de Marca Ejército es un reconocimiento muy especial por todo lo que fue mi padre. Él se sentía muy orgulloso de su profesión y eso, para mí, lo hace más especial y más bonito; es lo que lo diferencia de otros reconocimientos.

El coronel Ildefonso Reyes, su padre, falleció en 2011. ¿Este nombramiento le acerca a él? Sí, esta designación le haría muy feliz. Por eso, me hace sentir a mí tan orgulloso y, en cierta manera, más cerca de él.

¿Nunca se planteó ser militar siguiendo sus pasos? Ser militar es una de esas profesiones con las que sueñas cuando eres pequeño. Yo veía tan feliz a mi padre, que eso hacía que también tuviese ese sueño. Pero empecé a jugar al baloncesto con 10 años. Es verdad que en los inicios no imaginaba llegar a conseguir todo lo que he podido lograr durante este tiempo, pero van pasando los años y vas viendo que esa ilusión al final se acaba cumpliendo. No tuve la oportunidad de poder ser militar porque desde bastante joven tenía entre ceja y ceja ser jugador de baloncesto.

«No tuve la oportunidad de ser militar porque desde pequeño ya tenía entre ceja y ceja el baloncesto»

¿Cómo recuerda aquellos inicios? Fue muy bonito. Yo jugaba al baloncesto porque me divertía. Pero es verdad que hay momentos buenos y no tan buenos, en los que no cumples objetivos y se te pasa por la cabeza dejarlo y hacer otras cosas. Al final sigues luchando por tus sueños, por tus objetivos. Y con trabajo y esfuerzo terminas consiguiendo lo que te propones.

Disfrutó 23 temporadas como profesional, ha sido jugador absoluto en la Selección e, incluso, campeón del mundo… ¿Qué momentos han sido los que más le han marcado? Por suerte, a lo largo de mi trayectoria he tenido momentos muy bonitos que me han ido marcado, pero si tuviera que elegir algunos de ellos me quedaría con el día de mi debut con el Estudiantes, las finales olímpicas que pude jugar contra Estados Unidos, el Mundial que ganamos en Japón, los Campeonatos Europeos o las Euroligas con el Real Madrid. Es complicado quedarse con un solo momento, ya que son varios y me hacen sentir muy orgulloso.

Sigue vinculado al Real Madrid… Soy embajador del Club y de la Fundación, al igual que también lo soy de la Marca Ejército. Eso me hace seguir estando al lado de los jugadores y representar al Real Madrid en diferentes actos. Es una posición en la que me siento feliz y cerca del equipo, que era lo que yo quería.

La Selección es actualmente campeona mundial y europea. ¿En qué momento cree que se encuentra el baloncesto español? Tras los éxitos de este verano, en el Campeonato Europeo, se encuentra en un buen momento. Parecía que después de retirarnos muchos de la generación del 80 iba a haber un bajón, pero han demostrado que sigue habiendo equipo para continuar soñando y, actualmente, la plantilla tiene muchos jugadores que están dispuestos a proporcionar muchas alegrías al baloncesto español.

En 2023 se celebra la Copa del Mundo de Baloncesto. ¿Augura un buen resultado para España? Lo que está claro es que España partirá como uno de los favoritos. Un mundial es muy complicado porque hay selecciones muy fuertes y puede pasar de todo, pero ya han demostrado que son capaces de ganar a cualquier equipo. Al final, el baloncesto es un deporte de equipo y lo que importa es el conjunto. Aunque no haya nombres que sean superestrellas, si hay un grupo que juega unido, no hay quien les gane.

Durante su nombramiento como embajador Marca Ejército, el JEME ensalzó sus valores personales y profesionales. ¿Qué tienen en común el baloncesto y las Fuerzas Armadas? Tienen valores en común como el trabajo en equipo o la disciplina, puesto que hay que esforzarse y trabajar muy duro para conseguir el nivel competitivo. Son valores que se pueden aplicar tanto al Ejército como al baloncesto.

Con frecuencia contribuye a diferentes iniciativas solidarias… Todo lo que sea colaborar para ayudar a los demás hace que me sienta feliz y orgulloso de ser quien soy. Si puedo aportar mi granito de arena con los más necesitados, lo hago. Siempre que puedo intento colaborar con iniciativas para recaudar fondos para ayudar a los demás.

¿Qué retos le quedan pendientes? Todavía soy muy joven y me quedan muchos proyectos por delante y muchas cosas por mejorar y aprender. En definitiva, muchos retos que irán apareciendo. Espero que sigan contando conmigo para diferentes iniciativas, sobre todo solidarias, que es lo que más feliz me hace.

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