El Ejército de Tierra ha apoyado la evacuación de más de 2.200 afganos tras finalizar la misión en la que España ha participado desde enero de 2002
Texto: Felipe Pulido / Madrid
Fotos: MOE y ROI 1
El 28 de agosto España ponía fin a cerca de 20 años en Afganistán. Los últimos dos aviones A-400M, del Ejército del Aire, daban por concluida la misión de evacuación con su llegada a la base aérea de Zaragoza, donde les esperaba la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Ha sido una operación in extremis en la que España no ha querido dejar en el camino a los que tanto han contribuido con los militares desplegados en zona de operaciones y con la cooperación española.
En solo 10 días, del 18 al 27 de agosto —tras la toma de poder de los talibanes—, se evacuó a 2.206 afganos, la mayoría eran personas que habían apoyado la labor de España y las Fuerzas Armadas, junto con sus familiares. También había entre ellos antiguos empleados de la Unión Europea y otros colaboradores de Estados Unidos, la OTAN y Portugal.
El centro de la operación de evacuación se estableció en Kabul, la capital afgana, aunque también en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) se creó una base intermedia, que sirvió de puente aéreo antes de llegar a España.
Todo ello se ha realizado de forma coordinada con otros países y organizaciones internacionales, y han participado tanto el Ejército de Tierra como el Ejército del Aire, cada uno con sus diferentes cometidos. Ante la dificultad de las circunstancias, el Mando de Operaciones reforzó su Estado Mayor y trabajó de manera incansable los 7 días de la semana, durante las 24 horas.
En total, se han realizado 17 rotaciones militares entre Dubái y Kabul y 11 vuelos entre Emiratos Árabes Unidos y España, la mayoría en aviones civiles fletados por Defensa.
La base aérea de Torrejón se convirtió en el centro de recepción y atención a los refugiados, quienes podían permanecer en este lugar de tránsito hasta 72 horas como máximo, antes de ser derivados a centros de acogida españoles o a otros países.
En ese sentido, otras bases, como las de Morón (Sevilla) y Rota (Cádiz), han servido como puente hacia Estados Unidos, a excepción de aquellos que demandaron asilo político para quedarse en España.
La participación de Tierra
En estos 10 días se han desplegado 130 militares, de los que una treintena pertenecían al Ejército de Tierra y, concretamente, al Mando de Operaciones Especiales (MOE) y al Regimiento de Operaciones de Información (ROI) nº 1.
«La cadena operativa solicitó al Ejército su apoyo con una unidad para la identificación de todo el personal afgano a evacuar, labor que ha desempeñado el ROI 1, además del despliegue de los boinas verdes en Kabul», explica el general Cepeda, jefe de la División de Operaciones.
También han contribuido militares de Tierra en los diferentes vuelos, en este caso pertenecientes al Grupo de Apoyo a la Proyección, de la Brigada Logística, y en las labores de planeamiento y conducción desde territorio nacional.
Se pone fin así a dos decenios de participación española en Afganistán, en los que se han aportado 27.000 militares repartidos en 44 contingentes.
Esta misión ha sido una de las más duraderas y costosas en cuanto a víctimas mortales. En total, 102 personas han perdido la vida: 96 militares de las Fuerzas Armadas, 2 guardias civiles, 2 policías nacionales y 2 intérpretes.
Con las últimas evacuaciones, el Ejército ha mantenido su labor hasta el final en el país afgano, a pesar de las dificultades, tratando de que ningún colaborador español quedara en el olvido.
«Esta misión ha sido una escuela de liderazgo, en la que las Fuerzas Armadas han tenido que desarrollar la misión en un ambiente hostil, lo que ha obligado a los cuadros de mando a actuar con iniciativa», manifiesta el general Cepeda.
Aunque hay más de 6.000 kilómetros que separan a España de Afganistán, ambos han estado unidos durante cerca de 20 años gracias a la labor desempeñada por los militares españoles.
ENCUENTROS EN DUBÁI
Para el ROI 1, el contacto con los afganos no era una novedad, ya que es heredero del Batallón de Cooperación Cívico-Militar y del Grupo de Operaciones Psicológicas, que participaron entre 2005 y 2013 con equipos sobre el terreno, en la zona donde actuaban los españoles en la provincia de Badghis.
En aquellos momentos el principal cometido era concienciar a la población civil sobre la misión y, además, realizar importantes campañas de difusión sobre temas específicos, como los relacionados con hábitos de salud o contra la producción de opio. También mantenían el enlace con las autoridades representativas locales y servían de nexo entre el jefe del contingente y la población civil.
Ahora han vuelto a encontrarse, aunque la situación ha sido distinta: «Durante la evacuación ha habido momentos de emoción, porque algunos de los militares que estuvieron involucrados en aquellas tareas se han reencontrado con personal civil que conocían del pasado y que estaban huyendo de su país por las circunstancias», explica el teniente coronel Cid, jefe de la Unidad de Apoyo a la Evacuación.
En total, ocho militares del ROI han estado desplegados en la base de tránsito de Dubái, entre el 16 y el 27 de agosto, para establecer el control de la evacuación y recabar la información principal sobre los civiles que salían de Afganistán. También se les apoyó en lo necesario y se dispuso de personal sanitario para su atención: «Tenían síntomas de cansancio y, en algunos casos, deshidratación. Llegaban con muy pocas pertenencias personales y, aproximadamente, un 40% eran menores de edad», argumenta el teniente coronel.
En este sentido, se estableció un control sanitario, con las correspondientes medidas contra la COVID-19, y se mantuvo un enlace con la base emiratí.
Sin duda, la operación, en solo 10 días, ha supuesto un reto importante para el personal del ROI, que se lleva muchas lecciones aprendidas para el futuro: «Habíamos entrenado anteriormente un dispositivo como este, pero nunca lo habíamos ejecutado sobre el terreno», concluye el teniente coronel.
BOINAS VERDES SOBRE KABUL
El 13 de mayo regresaban a España los últimos militares españoles, tras el arriado de Bandera en Kabul un día antes. Pertenecían al Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra.
Unos meses más tarde, los boinas verdes han vuelto a involucrarse, aunque esta vez en la evacuación del personal procedente de Afganistán. Su misión principal ha sido reforzar las capacidades de identificación y extracción de personal afgano en el aeropuerto de Kabul. Además, han estado en disposición de aportar capacidades específicas de operaciones especiales, en caso de que hubiera sido necesario.
El equipo operativo llegó a la capital afgana el 23 de agosto y, poco después, ya estaba involucrado en las tareas encomendadas. «Nos sentimos satisfechos al haber sido empleados en una situación de incertidumbre y alta sensibilidad, que es uno de los escenarios principales para los que estamos preparados. Además, es indudable que ayudar a mitigar las situaciones de dolor o miedo de personal inocente es una sensación de orgullo y de felicidad», manifiesta uno de los operadores del equipo del MOE desplegado en Afganistán.
A pesar de que fue imposible recuperar a todas las familias de colaboradores, la operación fue muy positiva, en sintonía con la del resto de países, quienes también desplegaron equipos de operaciones especiales para la recuperación del personal.
Otra de las capacidades con las que se contribuyó fue con el K-9, de guías caninos, para la detección de explosivos. Además, se apoyó a otros ejércitos que demandaron la ayuda española.
«Los 44 contingentes que han pasado por Afganistán han cumplido la misión de forma sobresaliente»

General Cepeda
Jefe de la División de Operaciones
«Es muy positiva la experiencia acumulada en todas las acciones que contribuyeron a mejorar Afganistán»
Oficial del MOE
Componente del equipo operativo desplegado en Afganistán
«Buena parte de los evacuados eran menores que venían con las pertenencias mínimas»
Teniente coronel Cid
Jefe de la Unidad de Apoyo a la Evacuación del ROI 1
EN DATOS
10 días
130 militares
2.206 afganos evacuados
40% menores de edad
17 rotaciones militares entre Dubái y Kabul
11 vuelos entre Emiratos Árabes Unidos y España
LA MISIÓN DE ESPAÑA EN AFGANISTÁN
El despliegue de España en Afganistán se ha prolongado durante más de 19 años. Los primeros 350 militares españoles llegaron a Kabul el 24 de enero de 2002 para cumplir con los objetivos de esta misión que acababa de nacer, como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Inicialmente, España participó en la operación “Libertad Duradera”, con apoyo médico, aviones de transporte, buques y helicópteros. No obstante, el grueso de la aportación española se produjo durante el desarrollo de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, en sus siglas en inglés), entre 2001 y 2014. El objetivo era luchar contra la insurgencia y proporcionar seguridad.
A finales de 2014 se da por concluida y arranca la misión “Apoyo Decidido”, centrada en el adiestramiento del Ejército Nacional Afgano, que permaneció hasta el anuncio del final de la misión. El arriado de la Bandera española en Kabul se produjo durante un acto celebrado por la OTAN el 12 de mayo de 2021. Con ello, los 24 efectivos que quedaban en Afganistán regresaron a España. En total, más de 27.000 militares españoles han pasado por tierras afganas desde el primer despliegue.





