«Baloncesto y Ejército comparten disciplina y espíritu de sacrificio»
«Tiene un ritmo frenético que engancha». Así define el baloncesto el brigada Pérez, destinado en el Regimiento de Transmisiones (RT) nº 22 y entrenador del Palmer Alma Mediterránea Palma, equipo de la categoría LEB Oro nacional. Sin embargo, no es lo único que destaca de este deporte, que le cautivó siendo apenas un niño cuando empezó a jugar en La Línea de la Concepción (Cádiz), su localidad natal: «El hecho de ser un deporte en el que el empate no vale lo hace muy atractivo. Eso, unido a los muchos valores que te inculcan al ser militar y que aquí se ponen en práctica», puntualiza el brigada. Pero mejor conocer su historia paso a paso.
Como se ha mencionado, los inicios de Álex Pérez en el baloncesto fueron como jugador, de la mano de su tío —entrenador del equipo de los Salesianos, ahora Unión Linense Baloncesto—. Pasados los años, y a principios de los 90, decidió ingresar en el Ejército de Tierra, donde ha ocupado distintos destinos hasta que hace dos décadas recaló en Palma de Mallorca, concretamente en el destacamento balear del RT 22. No obstante, esta vocación militar no mermó en ningún momento su pasión por el baloncesto, del que seguía disfrutando desde otra perspectiva: ser entrenador, un ámbito en el que ha conseguido el Carnet de Entrenador Superior y en donde no ha dejado de formarse.
Tras colaborar con numerosos equipos de la ACB y trabajar durante más de 15 años con el veterano ex baloncestista y técnico Pepe Laso —padre del actual entrenador del Real Madrid, Pablo Laso—, Pérez se ponía al frente del Palmer Alma Mediterránea Palma al inicio de esta temporada 2020-2021. Los resultados han sido excepcionales, al haber conseguido llegar a los playoff de ascenso para la ACB: «Se trata del equipo más joven de la categoría LEB Oro y con menor presupuesto, así que haber logrado esto el mismo año que debutaban el entrenador y algunos jugadores es algo extraordinario», puntualiza el brigada. Por ello, se muestra muy orgulloso del gran trabajo realizado por un grupo de chicos que se han dejado la piel en cada partido y, aunque es consciente de que es muy difícil alcanzar el ascenso, jugar los playoff «te permite soñar e ilusionarte».
En esta buena actuación seguro que también ha tenido mucho que ver esa dualidad militar-entrenador que se da en el brigada, ya que el mundo castrense y el deportivo tienen numerosos valores en común: «Aspectos como el espíritu de sacrificio y la disciplina son compartidos, así como luchar hasta el final y no dar nada por perdido. Por otra parte, el haberme formado en técnicas de liderazgo me da una serie de herramientas muy útiles». De igual manera, entrenar a un equipo tan joven —con una edad media de 22 años— y con jugadores que se están revalorizando mucho, hace que el ritmo sea muy rápido, puesto que «usualmente hay reemplazos nuevos y es como volver a instruirlos otra vez», puntualiza el brigada.
De este modo, Pérez encara ilusionado los playoff, así como la próxima temporada y, aunque recibe distintas ofertas de clubes de ACB, su vida está en Mallorca: «Mi sueño sería poder participar en la ACB, pero desde la isla. Mi sitio está aquí».




Como se denominaba el equipo de basquet en carabanchel alto numero 1 del ejercito de tierra de 1973 a 1975