Fue con 12 años cuando el sargento 1º Dueñas escuchó por primera vez hablar de Gustavo Adolfo Bécquer. Lo hizo mientras estaba de excursión en la provincia de Soria, donde se localiza el Monte de las Ánimas, que da nombre a una de las leyendas más conocidas del escritor y poeta del Romanticismo (de cuyo fallecimiento se cumplirán en diciembre 150 años).
Tanto le cautivó su obra que no cesó en el empeño de acercarse a él y conocer los principales lugares por los que transcurrió su vida. Ahora se encuentra a punto de publicar su segunda novela, Diario de leyendas, con la que se acerca a Bécquer un poco más (incluso aparece reflejado a lo largo de la obra).
En sus páginas, el lector se adentra en el misterio; el mismo que rodea su biografía. De hecho, destaca muchas coincidencias entre su vida y la del escritor del siglo XIX: «Bécquer nació el 17 de febrero, el mismo día que, casualmente, firmé el contrato con la editorial y coincide, además, con el número de leyendas que tiene este segundo libro», afirma.

Todo de manera casual. Pero no es lo único. Con 43 años, el sargento 1º acudió hasta la tumba del poeta, para demandarle inspiración, y empezó a escribir esta obra. Precisamente, esa edad coincide con los años que pasó Bécquer enterrado en Madrid, hasta que fue trasladado al Panteón de Sevillanos Ilustres, donde se encuentra actualmente.
La novela promete cautivar al lector, aunque para este militar, destinado en la Compañía de Mar de Melilla, eso no es novedad. Lo saben bien sus propios compañeros, quienes empezaron a leer las historias que hacía y quedaron enganchados, rápidamente, por su intriga. «Cuando estás destacado en las islas y peñones, el halo de misterio que te rodea hace que la inspiración nazca sola», explica en declaraciones a Tierra.

En el Peñón de Alhucemas fue donde escribió prácticamente la totalidad de su primera novela, Diario de un soñador. Reconoce que es un apasionado de este lugar y que en él encuentra la inspiración que necesita para dar rienda suelta a su creatividad. «Mis primeros textos los hice simulando un diario de bitácora, ya que la propia isla tiene forma de barco encallado a media milla de la costa», dice el escritor granadino. Y es el empuje de las olas el que le ha ido acercando al desenlace de este nuevo libro que va a ver la luz en breve.
A sus 45 años, y padre de dos hijos, reconoce que es una persona sensible: «Al escribir no busco la fama, sino satisfacer mi alma y dar plenitud a mis emociones».
Fue esa sensibilidad también la que le llevó a querer formar parte del Ejército, buscando ayudar a los demás y servir a España. Realizó el servicio militar en 1993, en Melilla, y vio que aquello le gustaba. Así que decidió quedarse, a pesar de que tampoco había descartado ser periodista.
Ahora tiene la posibilidad de compaginar su trabajo militar con su afición como escritor. Y la cosa no acaba aquí, pues, tras estas dos novelas, garantiza a sus lectores que habrá muchas más páginas de misterio