Conocer a… soldado Arévalo

REMAR EN EQUIPO

 

Apunto estuvo de lograr su objetivo de competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Sin embargo, poco antes de la cita, vio cómo su futuro se truncaba al perder al piragüista Cristian Toro como pareja, que finalmente compitió junto a Saúl Craviotto en K4. 

El soldado Arévalo, destinado actualmente en el Regimiento de Infantería “Príncipe” nº 3, decidió en 2017 dar un cambio a su vida y entró a formar parte de las Fuerzas Armadas. «Siempre me había gustado y decidí dar el paso», señala el joven de 25 años.

Y como la vida, a veces, te ofrece una segunda oportunidad, llegó la suya. El militar se volvió a subir a la piragua y, en abril de 2019, pasó a formar parte del K4 500 como reserva, junto a Craviotto, Toro, Marcus Cooper y Rodrigo Germade.

El militar ocupa el segundo puesto de la embarcación, tras el medallista olímpico Saúl Craviotto

La renuncia de Toro por motivos personales, en julio, dejó al militar el ansiado sitio en la embarcación. Como si la fuerza del agua volviera a empujar su vida, el piragüista se sumó al K4 y en el mundial de Szeged (Hungría), en agosto, se colgaron la medalla de plata y consiguieron el pasaje para representar a España en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

Una vez más, Carlos Arévalo se sitúa a las puertas de unos Juegos Olímpicos, aunque esta vez algo parece haber cambiado: «Los valores que me ha dado la instrucción militar me van a ayudar, además de la seguridad de tener a todo el Ejército detrás apoyándome», explicaba.

El compañerismo es una de las claves para lograr el éxito. El militar sabe que es importante remar en equipo y, más aún, en la modalidad K4, donde depende de los cuatro integrantes de la piragua para avanzar. «Lo más importante en un barco de equipo es la compenetración de todos los integrantes», destaca.

Por ello requiere de mucha dedicación y entrenamiento que le hace renunciar a pasar todo el tiempo que le gustaría junto a su familia en Betanzos (La Coruña). Fue, precisamente, un familiar (su hermano) quien le introdujo en este mundo. «Me subí a una piragua cuando tenía solo nueve años, acompañé a mi hermano mayor y me enganché», confiesa.

El soldado compagina su trabajo como militar con el piragüismo

El soldado compartía embarcación con Toro en el K2-200 en 2012, y en el Mundial absoluto de 2013, 2014 y 2015. Tras quedarse solo de cara a los Juegos Olímpicos de Río, agotó una última posibilidad y se enfrentó a Craviotto en los selectivos internos, en la modalidad K1 200. Dada la dificultad de enfrentarse al cuatro veces medallista olímpico, quedó fuera. Y, a pesar de ello, nunca dejó de remar.

«Es como tener una segunda oportunidad», dice, cuando comparte embarcación junto al que fuera su rival, y se sitúa tras él en la piragua.

Ahora el objetivo es remar en equipo hacia los Juegos Olímpicos de Tokio, con los que conseguiría hacer de su sueño una realidad.

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